Escritura Creativa Aprende a Escribir Ficción

Estructura de un relato largo paso a paso

Mi objetivo con mostrarte esta estructura paso a paso es que escribas tu historia sin abrumarte con técnicas innecesarias ni perder la motivación. Aquí encontrarás un plan paso a paso, directo y con un toque de humor negro, porque escribir no tiene que ser un suplicio (aunque a veces te den ganas de lanzar el manuscrito por la ventana).

Inicio: No será fácil, pero sí gratificante.

El ejemplo que utilizaré será un relato de ficción contemporánea con toques de misterio: «La chica que susurraba a las sombras». Voy a desarrollar una trama, los personajes y giros para que sepas cómo empezar y avanzar con tu relato. 

Es evidente que tú lo harás más largo y con más profundidad, esto es solo un ejemplo real para que tengas lujos y detalles de cómo empezar a escribir. ♥

Parte 1: La Base Sólida – ¿De qué va tu historia?

Tienes que crear las bases de tu relato para empezar a darle forma. ¿Qué, cómo, cuándo, dónde? ¿Por qué? Hay que responder esas y todas las preguntas necesarias para ser coherente en la historia.

Antes de escribir, tienes que saber qué demonios quieres contar. Este es el corazón de tu relato. Responde estas preguntas para definirlo:

  • ¿Qué quiero que el lector sienta al terminar mi historia?
  • ¿Qué conflicto quiero explorar?
  • ¿Cuál es el mensaje o tema central?

Ejemplo:

En «La chica que susurraba a las sombras», el tema principal es la lucha entre enfrentar la verdad o vivir en la negación. La protagonista, Emma, descubre que puede escuchar a las sombras que la rodean. Estas le cuentan secretos oscuros sobre las personas, pero ella no sabe si confiar en ellas o huir de su poder.

El género determina el tono, estilo y ritmo de tu historia. ¿Será romántico, de terror, ciencia ficción? ¿Quién lo leerá: adolescentes, adultos, fans de lo oscuro?

Ejemplo:
El relato será un thriller psicológico con tintes sobrenaturales, dirigido a lectores adultos que disfrutan de un buen misterio con un toque paranormal.

La premisa es un resumen conciso de tu historia. No te pongas filosófico, ve al grano. Una buena premisa incluye:

  • El protagonista.
  • Su conflicto principal.
  • Lo que está en juego.

Ejemplo:

Emma, una joven que trabaja como restauradora de arte, descubre que puede escuchar las voces de las sombras. Mientras intenta comprender su poder, las sombras comienzan a revelar secretos que podrían poner su vida en peligro. Ahora debe decidir si utiliza este don para desentrañar un asesinato o si huye antes de que las sombras la consuman.

Todo relato largo debe tener:

  • Inicio: Presenta el mundo, los personajes y la situación inicial.
  • Nudo: Aumenta el conflicto y la tensión.
  • Clímax: El punto más emocionante.
  • Desenlace: Cierra las tramas y deja al lector satisfecho (o traumatizado, depende de tu estilo).

Ejemplo de estructura:

  1. Inicio: Emma empieza a escuchar voces mientras restaura una obra oscura. Las sombras la advierten de un peligro cercano.
  2. Nudo: Las sombras le revelan un asesinato relacionado con la pintura que está restaurando. Emma investiga, pero cuanto más descubre, más peligrosa se vuelve su vida.
  3. Clímax: Emma se enfrenta al asesino, pero las sombras la traicionan en el momento clave.
  4. Desenlace: Emma descubre la verdad, pero queda atrapada en un pacto con las sombras.

El narrador es tu filtro. Decide si será en primera persona (yo) para un relato más íntimo, o en tercera persona (él/ella) si quieres más libertad narrativa.

Ejemplo:

Optaremos por tercera persona limitada, enfocándonos en los pensamientos y emociones de Emma. Esto genera misterio porque el lector solo sabe lo que ella sabe.

Los relatos largos necesitan coherencia. Esboza una línea temporal que conecte los eventos principales. Sé ordenado, porque los saltos de lógica matan el interés del lector.

Ejemplo:

  • Día 1: Emma escucha a las sombras por primera vez.
  • Día 5: Las sombras le revelan un secreto sobre un asesinato.
  • Día 10: Emma encuentra al asesino, pero queda atrapada en su propio miedo.
  • Día 15: El clímax y la resolución final.

Parte 2: Crea Personajes que conecten con los lectores

Ahora que tenemos una base sólida, es hora de diseñar personajes que carguen con el peso de tu relato. Un buen personaje no solo actúa, sino que reacciona, evoluciona y tiene una personalidad que destaca. Aquí te muestro cómo hacerlo paso a paso.

Tu protagonista es el alma de la historia. El lector debe identificarse con sus luchas, incluso si no está de acuerdo con sus decisiones. Trabajaremos en tres niveles: personalidad, motivaciones y conflictos.

a) Define su personalidad

Elige tres cualidades positivas y dos defectos que la hagan humana. Olvídate de crear personajes perfectos, nadie conecta con robots idealizados.

Ejemplo: Emma

  • Positivo: Persistente, empática, creativa.
  • Negativo: Miedosa, demasiado confiada en su percepción del mundo.

b) Dale un propósito claro

El propósito de Emma es descubrir qué son las sombras y si su poder puede ayudar a alguien. Esto la lleva a enfrentarse a situaciones que desafían sus miedos. Recuerda, su propósito puede evolucionar durante la trama.

c) Añade un conflicto interno

El conflicto interno es lo que da profundidad al personaje. Emma duda entre confiar en las sombras o ignorarlas. Su mayor miedo es que este poder no sea una bendición, sino una maldición que la lleve a la locura.

Un buen antagonista no es solo «el malo de la película». Dale sus propias motivaciones y una razón sólida para oponerse al protagonista. Si puedes resumir su personalidad en «es malo porque sí», tienes un problema.

Ejemplo: El Antagonista – Elias

Elias es el galerista que contrató a Emma para restaurar la pintura maldita. Descubrimos que usa las sombras para manipular eventos y encubrir crímenes. Su objetivo es eliminar a Emma cuando se da cuenta de que ella puede escuchar a las sombras mejor que él.

  • Motivaciones: Quiere preservar su control sobre las sombras.
  • Conflicto interno: Aunque es un villano, teme perder lo poco de humanidad que le queda por depender de este poder oscuro.

Los personajes secundarios deben servir para apoyar o desafiar al protagonista. Dales funciones claras y evita que sean simples decorados.

Ejemplo de personajes secundarios:

  1. Lucía: La mejor amiga de Emma. Es el apoyo emocional que la impulsa a seguir adelante, pero también actúa como voz de la razón.
  2. El Detective Vargas: Un hombre obsesionado con resolver un asesinato conectado con Elias. Al principio es escéptico de Emma, pero luego forma una alianza incómoda con ella.
  3. Las Sombras: No son exactamente personajes, pero funcionan como un coro griego, susurrando verdades a medias y manipulando a Emma para cumplir sus propios intereses.

Los personajes deben cambiar a lo largo de la historia. Un arco bien construido tiene tres etapas:

  • Inicio: Cómo son al comienzo de la historia.
  • Conflicto: Cómo las circunstancias los obligan a cuestionarse o cambiar.
  • Resolución: Cómo terminan al final del relato.

Ejemplo del arco de Emma:

  1. Inicio: Emma es insegura y ve su poder como una maldición.
  2. Conflicto: Aprende a usar las sombras como una herramienta, pero teme perder el control.
  3. Resolución: Emma acepta su poder, pero impone límites para no ser consumida por él.

Las relaciones entre los personajes generan drama y conexión emocional. Usa estas relaciones para profundizar el conflicto o impulsar la trama.

Ejemplo de relaciones:

  • Emma y Lucía: Una amistad basada en el apoyo mutuo, pero con tensiones cuando Emma empieza a ocultarle información para protegerla.
  • Emma y Elias: Una relación de manipulación y desconfianza. Elias intenta usar las sombras para seducir a Emma a su causa, pero ella lo enfrenta.
  • Emma y Vargas: Una colaboración forzada que evoluciona hacia un respeto mutuo.

Incluso si no muestras todo en el relato, cada personaje necesita un trasfondo que explique sus acciones y comportamientos.

Ejemplo:

  • Emma: Creció en un hogar donde se valoraba la lógica por encima de la creatividad, lo que la hizo dudar de su propia intuición.
  • Elias: Descubrió las sombras mientras escapaba de una situación traumática. Las considera su salvación, aunque sabe que le han costado su humanidad.
  • Vargas: Perdió a un ser querido en un caso relacionado con las sombras, lo que lo hace implacable en su búsqueda de justicia.

Crea fichas o diagramas para cada personaje. Incluye detalles como:

  • Edad, apariencia física, manías.
  • Objetivos, temores y secretos.
  • Relaciones con otros personajes.

Tip: Usa herramientas Scrivener para llevar un registro organizado de tus personajes.

Parte 3: Construye la Estructura de la Historia

Ahora que tienes una base sólida y personajes vivos, vamos a construir la estructura de la historia. Esto es como armar un rompecabezas: cada pieza tiene que encajar para que el lector no quiera soltar tu relato.

Dividiremos la historia en tres actos clásicos: Inicio, Nudo y Desenlace. Esto te ayudará a mantener el ritmo y a dar giros interesantes.

Acto 1: El Gancho

Este es el primer 25% de tu historia. El objetivo es atrapar al lector, presentar a los personajes y plantar las semillas del conflicto.

Eventos Clave del Acto 1:

  1. Escena inicial impactante:
    Abre con un evento que establezca el tono y genere curiosidad.
    Ejemplo: Emma está restaurando un cuadro oscuro en un museo y escucha por primera vez un susurro. Las sombras le advierten que alguien cercano morirá si no actúa.
  2. Presentación del mundo y los personajes:
    Introduce a Emma, su vida cotidiana y su relación con los secundarios como Lucía. Muestra también el museo como un espacio con secretos oscuros.
  3. El detonante:
    Algo ocurre que pone en marcha la trama.
    Ejemplo: Emma descubre que el cuadro restaurado está conectado a un asesinato reciente. Las sombras le dan pistas, pero ella no sabe si puede confiar en ellas.

Acto 2: El Nudo

Este ocupa el 50% central de la historia. Aquí el conflicto crece, los personajes toman decisiones difíciles y las subtramas se entrelazan.

Eventos Clave del Acto 2:

  1. Exploración del misterio:
    Emma empieza a investigar el asesinato. Colabora con Vargas, pero las sombras empiezan a pedirle cosas extrañas a cambio de información.
  2. Desafíos y obstáculos:
    Cada intento por resolver el misterio tiene consecuencias. Emma se enfrenta a Elias, quien intenta manipularla para que use su poder a su favor.
  3. Subtramas:
    • La relación de Emma y Lucía se tensa cuando esta última sospecha que Emma le oculta algo.
    • Vargas desconfía de Emma al descubrir que las sombras están involucradas.
  4. El punto medio:
    A la mitad del relato, algo cambia radicalmente.
    Ejemplo: Emma descubre que Elias no solo está detrás del asesinato, sino que está usando las sombras para planear otro crimen. Esto aumenta la presión sobre ella.

Acto 3: El Desenlace

El último 25% resuelve el conflicto principal. Este es el momento de mayor tensión (clímax), seguido de un cierre satisfactorio o impactante.

Eventos Clave del Acto 3:

  1. El Clímax:
    Emma confronta a Elias en un enfrentamiento físico y psicológico. Las sombras se rebelan contra ambos, desatando el caos.
  2. La resolución del conflicto:
    Emma usa su conexión con las sombras para detener a Elias, pero paga un precio: queda atrapada en un pacto oscuro con ellas.
  3. El cierre emocional:
    Muestra cómo Emma lidia con las consecuencias de sus acciones. La relación con Lucía podría recuperarse o romperse definitivamente. Vargas, por su parte, reconoce el sacrificio de Emma, aunque sigue desconfiando de su poder.

Un buen relato largo necesita giros inesperados que mantengan al lector pegado. Aquí hay tres tipos que puedes usar:

  1. El giro de confianza:
    Alguien en quien Emma confía la traiciona. Ejemplo: Lucía revela su conexión con Elias, pero lo hizo para proteger a Emma.
  2. El giro de información:
    Emma descubre que las sombras no siempre dicen la verdad, lo que complica su confianza en ellas.
  3. El giro final:
    Cuando todo parece resuelto, las sombras le piden a Emma que cometa un acto oscuro para pagar su ayuda.

Las escenas clave son momentos importantes que anclan tu historia. Cada una debe tener un propósito claro: avanzar la trama, desarrollar personajes o intensificar el conflicto.

Ejemplo de escenas claves:

  1. Escena inicial: Emma escucha a las sombras por primera vez.
  2. Encuentro con Elias: El galerista introduce sutilmente sus intenciones.
  3. Descubrimiento del asesinato: Emma encuentra pruebas ocultas en el cuadro.
  4. Traición de un amigo: Lucía oculta un secreto que afecta a Emma.
  5. Confrontación final: Emma y Elias enfrentan el poder de las sombras.

Las subtramas enriquecen el relato y permiten explorar temas secundarios. Aquí algunas ideas:

  1. El pasado de Emma: Podría descubrir que su habilidad para escuchar a las sombras está relacionada con un trauma de infancia.
  2. La relación de Emma y Vargas: Un tira y afloja entre la confianza y la desconfianza mientras trabajan juntos.
  3. Las sombras como entidad: Explora qué son realmente y cuáles son sus motivaciones.

Un relato largo necesita equilibrio. Alterna entre escenas rápidas y tensas con momentos más lentos de introspección o interacción entre personajes.

Ejemplo de ritmo:

  • Inicio: Introducción pausada que explora el mundo de Emma.
  • Nudo: Ritmo rápido con descubrimientos y enfrentamientos.
  • Clímax: Intensidad máxima.
  • Desenlace: Ritmo más calmado para asimilar las consecuencias.

Parte 4: Construye una Atmósfera y Diálogos Inolvidables

¡Llegó el momento de pulir la magia de tu relato! En esta parte aprenderás a crear una atmósfera inmersiva, escribir diálogos que suenen reales y ajustar el tono para que tu historia fluya sin perder coherencia. Vamos paso a paso.

La atmósfera no es solo el «lugar» donde sucede la historia, sino cómo se siente estar ahí. Esto es lo que convierte una escena en algo que el lector puede vivir en lugar de solo imaginar.

a) Define la atmósfera general de tu historia

Piensa en la sensación predominante que quieres transmitir. ¿Será oscura, inquietante, melancólica, misteriosa? La atmósfera debe reflejar el estado emocional de tu protagonista y reforzar el tono del relato.

Ejemplo:

La atmósfera es opresiva e inquietante, como si algo estuviera al acecho en cada esquina. Esto refuerza el conflicto interno de Emma y la constante amenaza de las sombras.

b) Usa los cinco sentidos

Para sumergir al lector, describe cómo se siente el entorno en términos de:

  • Vista: Oscuridad que parece moverse, luces parpadeantes.
  • Oído: Susurros, crujidos inexplicables.
  • Olfato: Olor a humedad o pintura vieja.
  • Tacto: Sensación de frío en la piel.
  • Gusto: ¿Sabías que el gusto puede usarse para describir lo emocional? El sabor metálico de la ansiedad, por ejemplo.

Ejemplo:

«Las sombras se alargaban sobre las paredes del museo, deslizándose como si fueran líquidas. El aire estaba cargado de un olor rancio, como si alguien hubiera sellado ese espacio hace siglos. Emma sintió un escalofrío recorrer su espalda cuando un susurro rozó su oído derecho: ‘Corre.’»

c) Ajusta la atmósfera a cada escena

No toda la historia debe ser intensa o aterradora. Usa la atmósfera para marcar los cambios de tono y ritmo.

  • Tensa: Cuando Emma está sola y las sombras son más activas.
  • Ligera: Momentos con Lucía para relajar la tensión.
  • Melancólica: Escenas introspectivas en las que Emma reflexiona sobre su poder.

d) Crea contraste con el entorno

El contraste genera impacto. Por ejemplo, una escena aterradora en un lugar aparentemente seguro (como un café lleno de gente) es más impactante que un cementerio que ya se siente naturalmente espeluznante.

Ejemplo:

«Emma cerró la puerta de su pequeño apartamento, pensando que allí las sombras no la seguirían. Pero cuando encendió la lámpara de su mesita de noche, el brillo apenas logró disipar la oscuridad que parecía agolparse en los rincones. ‘¿Creíste que podías escapar?’ susurraron.»

Los diálogos son una herramienta para revelar el carácter de tus personajes y mover la trama. Pero, ¡cuidado! Un diálogo forzado puede arruinar incluso la mejor escena. Aquí te doy las claves para que funcionen.

a) Haz que los personajes hablen como personas reales

Esto no significa copiar el lenguaje cotidiano con todas sus muletillas, pero sí evitar discursos artificiales.

  • Usa contracciones para que suenen naturales. Ejemplo: “No puedo” en lugar de “No puedo hacerlo”.
  • Elimina el exceso de saludos o despedidas innecesarias. El lector sabe cuándo alguien entra o sale de escena.

Mal ejemplo:
—Hola, Emma.
—Hola, Lucía. ¿Cómo estás?
—Bien, gracias. ¿Y tú?
—Pues… ya sabes, escuchando sombras.

Buen ejemplo:
—¡Emma! ¿Te ha vuelto a pasar?
—No quiero hablar de eso.
—Pero las sombras…
—¡Dije que no quiero hablar, Lucía!

b) Dale a cada personaje una voz única

Cada personaje debe hablar de manera diferente según su personalidad, educación o emociones.

Ejemplo:

  • Emma: Habla con inseguridad al principio, pero su tono se vuelve más firme a medida que gana confianza.
  • Elias: Elegante, manipulador, usa frases cortas que ocultan amenazas.
  • Vargas: Directo y a veces brusco, típico de alguien acostumbrado a interrogar.

c) Usa subtexto

El subtexto es lo que los personajes quieren decir pero no dicen directamente. Los mejores diálogos están cargados de emociones ocultas.

Ejemplo:
—¿Cómo estás tan segura de lo que viste?
—No lo estoy. Pero las sombras nunca se equivocan.
(Lo que Emma realmente está diciendo: «Tengo miedo, pero necesito confiar en esto porque no tengo otra opción.»)

d) Evita el infodumping

No uses diálogos para explicar toda la trama o dar datos innecesarios. Los personajes no hablan como enciclopedias.

Mal ejemplo:
—Emma, como sabes, las sombras son manifestaciones de energía residual que se acumulan en lugares oscuros.
—Ah, sí, y creo que por eso tienen esa conexión con el cuadro.

Buen ejemplo:
—¿Qué quieres de mí?
—Lo que queremos de todos. Una grieta para entrar.

e) Sé estratégico con los silencios

A veces, lo que no se dice tiene más impacto que lo que se dice. Usa pausas o acciones para transmitir emociones.

Ejemplo:
Emma tragó saliva. Miró a Lucía, pero no dijo nada. En su lugar, se centró en el cuadro, sus dedos temblorosos sobre la tela.

El tono es el «humor» general de tu historia. Para mantener la coherencia:

  1. Revisa constantemente tus escenas: ¿Una escena parece sacada de otra historia? Cámbiala.
  2. Ajusta el lenguaje: Las palabras que usas deben coincidir con el tono. No pongas chistes fuera de lugar en una escena tensa (a menos que sea humor negro bien justificado).
  3. Elimina lo innecesario: Si algo no aporta a la atmósfera, personajes o trama, córtalo sin piedad.

Ejemplo:

  • Frases cortas y tensas: Para momentos de miedo.
  • Descripciones poéticas: Para explorar la melancolía de Emma.

Frases sarcásticas: Para las conversaciones con Lucía y aligerar la trama.

Parte 5: Ajusta el Ritmo, Integra Subtramas y Evita Clichés

Ahora que tienes personajes, atmósfera y diálogos bien diseñados, es hora de afinar detalles importantes: el ritmo, las subtramas y cómo evitar clichés literarios que arruinen tu historia. Si sigues este paso a paso, tu relato será ágil, emocionante y único.

El ritmo es el flujo de tu relato. Si es muy lento, aburrirás al lector. Si es muy rápido, confundirás o cansarás. Aquí tienes las claves para lograr el equilibrio perfecto:

  1. Alterna escenas intensas con momentos de calma

Las escenas intensas son emocionantes, pero necesitan espacio para respirar. Los momentos más tranquilos permiten al lector procesar lo que ha ocurrido y conectarse emocionalmente con los personajes.

Ejemplo:

  • Escena intensa: Emma descubre que las sombras la están manipulando para proteger a Elias.
  • Escena de calma: Emma y Lucía comparten una conversación sincera sobre sus miedos, reforzando su relación.
  1. Varía la longitud de tus capítulos o escenas

Usa capítulos cortos para momentos de acción o tensión y capítulos más largos para introspección o desarrollo de personajes. Esto crea una experiencia dinámica.

Tip: Los finales de capítulo deben dejar al lector con ganas de seguir leyendo. Usa cliffhangers o preguntas abiertas.
Ejemplo: “Emma sintió la sombra moverse detrás de ella. Antes de poder girarse, todo se apagó.”

  1. Usa párrafos cortos para escenas de acción

Las frases cortas y directas crean urgencia y hacen que el lector avance rápidamente por la página.

Ejemplo:
“Emma corrió. Las luces parpadeaban. El susurro se transformó en un grito. Y luego, silencio.”

  1. Reduce la exposición excesiva

No pauses la acción para explicar demasiado. En lugar de contar, muestra.

Mal ejemplo:
«Las sombras eran el resultado de una energía antigua que se acumulaba en lugares con historias trágicas.»

Buen ejemplo:
«‘Son antiguas,’ susurró Elias. ‘Han visto más de lo que tú podrías imaginar. Pero no les importa. Solo quieren lo que les falta.’»

Las subtramas son secundarias, pero deben estar conectadas con la historia principal. Si no aportan nada al desarrollo del personaje o al avance del conflicto, elimínalas.

  1. Elige subtramas relacionadas con el tema principal

En “La chica que susurraba a las sombras”, el tema es la lucha entre aceptar la verdad o vivir en la negación. Todas las subtramas deben girar alrededor de este concepto.

Ejemplo de subtramas:

  1. La relación de Emma con Lucía: Representa su necesidad de confiar en alguien a pesar de sus secretos.
  2. El pasado de Elias: Explora cómo el poder corrompe y cómo las sombras ya han destruido a alguien antes de Emma.
  3. El trauma de Vargas: Su obsesión con el caso refleja el peligro de perderse en la búsqueda de justicia.
  1. Usa subtramas para desarrollar personajes secundarios

Las subtramas son una excelente oportunidad para darle protagonismo a los secundarios y hacerlos memorables.

Ejemplo:

  • Lucía está lidiando con su propia inseguridad por sentir que no puede ayudar a Emma, lo que provoca roces entre ambas.
  • Vargas lucha contra su deseo de venganza, lo que lo pone en conflicto con Emma, quien busca resolver el caso sin violencia.
  1. Introduce subtramas gradualmente

No abrumes al lector introduciendo todas las subtramas al inicio. Dales tiempo para respirar.

Tip: Una buena subtrama debe integrarse de forma orgánica en la trama principal. Por ejemplo, el pasado de Elias podría revelarse cuando Emma encuentra un diario oculto en el cuadro que está restaurando.

Los clichés pueden arruinar la originalidad de tu relato. Aquí te muestro cómo identificarlos y darles un giro interesante.

a) Detecta los clichés comunes en tu género

Cada género tiene clichés que los lectores ven venir a kilómetros. Por ejemplo:

  • Thriller psicológico: “Era todo un sueño” o “El malo es alguien muy obvio desde el principio.”
  • Ficción sobrenatural: “El protagonista es elegido para salvar el mundo.”

Cómo evitarlo:

  • Haz una lista de los clichés más comunes y piensa cómo subvertirlos.
  • Pregúntate: ¿Qué espera el lector en esta escena? Y luego haz algo diferente.

b) Dale profundidad a los tropos inevitables

Algunos elementos son inevitables en ciertos géneros, pero puedes darles un giro único.

Ejemplo de un cliché típico:
“El villano quiere el poder absoluto.”
Giro: Elias no quiere el poder absoluto; quiere usar las sombras para redimirse por un crimen que cometió en el pasado.

c) No repitas frases o conceptos demasiado evidentes

Evita sobreexplicar tus temas o conflictos. Confía en que el lector entenderá lo que estás transmitiendo.

Mal ejemplo:
“Emma estaba aterrada. Sabía que tenía que huir porque las sombras eran peligrosas.”

Buen ejemplo:
“Emma dio un paso atrás. Su respiración se volvió entrecortada mientras las sombras se cerraban sobre ella.”

d) Usa personajes que desafíen estereotipos

Evita crear personajes planos basados en estereotipos. Dale a cada uno una motivación y una historia única.

Ejemplo:

  • Vargas no es el típico detective rudo e insensible. En cambio, es un hombre con una sensibilidad escondida, motivado por el deseo de proteger a otros tras haber perdido a alguien importante.

Finalmente, cuando creas que tu historia está lista, dale una segunda (y tercera) revisión. Este es el momento de:

  1. Eliminar escenas innecesarias: Si no avanza la trama ni desarrolla personajes, córtala.
  2. Ajustar el ritmo: Lee en voz alta para detectar partes que se sientan lentas o confusas.
  3. Buscar coherencia: Asegúrate de que todas las subtramas se resuelvan o queden justificadas si quedan abiertas.

Parte 6: Edición y Publicación – Da Vida a Tu Relato

¡Llegamos al momento donde tu historia pasa de ser un borrador a un relato pulido y listo para conquistar lectores! En esta parte, te guiaré por los pasos clave para editar tu manuscrito, encontrar lectores beta y elegir la mejor opción para publicar tu obra.

La edición no es solo corregir errores, es transformar tu borrador en una obra sólida. Hay tres niveles de edición que debes seguir en orden.

a) Edición estructural: Ve el bosque antes que los árboles

Este nivel se enfoca en los aspectos globales de tu historia: trama, personajes, ritmo y coherencia.

Preguntas clave:

  1. ¿La trama tiene sentido de principio a fin?
  2. ¿El arco de transformación de los personajes es claro y satisfactorio?
  3. ¿Las subtramas están bien integradas?
  4. ¿El ritmo es equilibrado (sin escenas que se sientan demasiado rápidas o lentas)?

Ejemplo:

Si al revisar “La chica que susurraba a las sombras” notas que el clímax no tiene suficiente tensión, podrías añadir un giro más: las sombras traicionan a Emma justo cuando parece que tiene el control.

b) Edición de estilo: Pulir el lenguaje

Aquí te enfocas en el lenguaje, la claridad y el tono.

Revisión de estilo:

  • Elimina redundancias:
    «Emma sabía que tenía miedo de las sombras porque le parecían peligrosas.» -> «Emma temía a las sombras.»
  • Varía las estructuras de las frases: Alterna oraciones largas y cortas para mantener un ritmo interesante.
  • Simplifica: Usa palabras precisas, evita descripciones innecesariamente complicadas.

Ejemplo:

“Las sombras parecían deslizarse por las paredes como si fueran algo tangible, algo vivo.” -> “Las sombras reptaban por las paredes, vivas y amenazantes.”

c) Edición técnica: Elimina errores

La última etapa es limpiar tu manuscrito de errores gramaticales, ortográficos y de formato. Usa herramientas como Grammarly o ProWritingAid, pero no dependas solo de ellas.

Puntos a revisar:

  • Tiempos verbales consistentes.
  • Diálogos bien puntuados.
  • Cohesión en los nombres de personajes y lugares (¡que no cambien a mitad de la historia!).

Los lectores beta son personas que leen tu historia antes de su publicación y te dan retroalimentación honesta.

a) ¿Dónde encontrarlos?

  • Grupos de escritores: Busca comunidades en redes sociales o foros como Wattpad, Scribophile o Goodreads.
  • Lectores frecuentes: Amigos que aman leer tu género, pero no alguien que solo quiera halagarte.
  • Intercambio de beteo: Ofrece leer los proyectos de otros escritores a cambio de que lean el tuyo.

b) Da instrucciones claras

Pide retroalimentación específica para evitar comentarios genéricos.

Preguntas para tus lectores beta:

  • ¿Hubo partes que te aburrieron o confundieron?
  • ¿Qué opinas de los personajes? ¿Son interesantes y creíbles?
  • ¿Los diálogos suenan naturales?
  • ¿El final fue satisfactorio?

c) Cómo lidiar con la crítica

Recuerda que los lectores beta no siempre tendrán la razón. Usa sus comentarios para mejorar, pero no pierdas tu voz única como autor. Si tres lectores mencionan el mismo problema, probablemente deberías solucionarlo.

Aquí es donde eliges si publicar de forma tradicional o autopublicar. Cada opción tiene pros y contras, así que elige la que mejor se adapte a tus objetivos.

a) Publicación tradicional

En este caso, envías tu manuscrito a agentes o editoriales para que lo publiquen. Verifica que acepten este tipo de relatos y no solo novelas largas. 

Pros:

  • Acceso a recursos profesionales (edición, diseño de portada, distribución).
  • Mayor prestigio en ciertos círculos literarios.

Contras:

  • Es un proceso lento (puede llevar meses o años).
  • No tienes control total sobre tu obra ni tus ingresos.

Cómo enviar tu manuscrito:

  1. Investiga editoriales o agentes literarios que acepten tu género.
  2. Prepara una carta de presentación, una sinopsis y los primeros capítulos (según las pautas de cada editorial).
  3. Sé paciente: la mayoría tardará en responder, y algunas no lo harán.

b) Autopublicación

Aquí tú controlas todo el proceso: edición, diseño y distribución.

Pros:

  • Tienes control absoluto sobre tu obra.
  • Recibes un mayor porcentaje de las regalías.
  • Publicas tan rápido como quieras.

Contras:

  • Necesitas invertir tiempo y dinero en servicios como edición profesional y diseño de portada.
  • Todo el marketing recae sobre ti.

Dónde autopublicar:

  • Amazon Kindle Direct Publishing (KDP): Ideal para empezar.
  • Smashwords, Lulu o Draft2Digital: Distribuyen tu libro en múltiples plataformas.
  • Tu sitio web con una pasarela de pago conectada.

Publicar es solo el primer paso; ahora necesitas que los lectores encuentren tu libro.

a) Construye tu plataforma de autor

Empieza a crear una audiencia antes de publicar tu libro. Usa redes sociales, un blog o una newsletter para conectar con posibles lectores.

Estrategias básicas:

  • Comparte avances, como la portada o fragmentos de la historia.
  • Publica contenido relacionado con tu género (reseñas, recomendaciones).
  • Interactúa con tu audiencia, haz preguntas y responde comentarios.

b) Ofrece tu libro a reseñadores

Contacta a bloggers, bookstagrammers o reseñadores de Goodreads que disfruten de tu género. Ofréceles una copia gratuita a cambio de una reseña honesta.

c) Lanza una promoción de lanzamiento

Crea entusiasmo ofreciendo descuentos por tiempo limitado, regalos digitales (como un capítulo extra) o incluso sorteos.

Después de publicar, celebra tu logro, pero no te detengas. Cada relato que escribas será mejor que el anterior. Aprende de las críticas, experimenta con nuevas ideas y recuerda que los grandes escritores empezaron con historias pequeñas.

Conclusión: El principio de algo grande

Has llegado al final de esta guía, pero no al final de tu viaje como escritor. Ahora tienes las herramientas, las estrategias y el empujón necesario para construir historias que impacten, que incomoden y que dejen huella. Lo único que falta eres tú, sentado frente a tu teclado, transformando ideas en palabras y palabras en mundos que nadie más puede imaginar.

Escribir ficción no se trata de buscar la fórmula mágica, porque no existe. Es un acto de valentía: convertir lo intangible en algo real, algo que otros puedan sentir y recordar. Las dudas y los errores no son tus enemigos; son tus mejores maestros. Cada página que escribas, incluso las que termines odiando, es una señal de que estás avanzando, de que te atreves a enfrentarte al desafío.

Piensa en esto: cada libro que amaste, cada historia que te hizo llorar o reír, comenzó con un escritor que probablemente no sabía si lo lograría. La diferencia está en que lo intentaron, una palabra tras otra, hasta construir algo más grande que ellos mismos.

Así que no te detengas. Permite que tus personajes te sorprendan, que tus tramas se retuerzan en direcciones inesperadas, que tu voz como escritor evolucione con cada página. Porque, aunque nadie pueda garantizarte el éxito, sí puedo asegurarte que hay algo extraordinario esperando al final del esfuerzo: la sensación de haber creado algo único, algo tuyo.

Ahora, deja de leer y empieza a escribir. Porque en las historias, al igual que en la vida, el verdadero poder está en seguir adelante.

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