Mi objetivo con mostrarte esta estructura paso a paso es que escribas tu historia sin abrumarte con técnicas innecesarias ni perder la motivación. Aquí encontrarás un plan paso a paso, directo y con un toque de humor negro, porque escribir no tiene que ser un suplicio (aunque a veces te den ganas de lanzar el manuscrito por la ventana).
El ejemplo que utilizaré será un relato de ficción contemporánea con toques de misterio: «La chica que susurraba a las sombras». Voy a desarrollar una trama, los personajes y giros para que sepas cómo empezar y avanzar con tu relato.
Es evidente que tú lo harás más largo y con más profundidad, esto es solo un ejemplo real para que tengas lujos y detalles de cómo empezar a escribir. ♥
Antes de escribir, tienes que saber qué demonios quieres contar. Este es el corazón de tu relato. Responde estas preguntas para definirlo:
Ejemplo:
En «La chica que susurraba a las sombras», el tema principal es la lucha entre enfrentar la verdad o vivir en la negación. La protagonista, Emma, descubre que puede escuchar a las sombras que la rodean. Estas le cuentan secretos oscuros sobre las personas, pero ella no sabe si confiar en ellas o huir de su poder.
El género determina el tono, estilo y ritmo de tu historia. ¿Será romántico, de terror, ciencia ficción? ¿Quién lo leerá: adolescentes, adultos, fans de lo oscuro?
Ejemplo:
El relato será un thriller psicológico con tintes sobrenaturales, dirigido a lectores adultos que disfrutan de un buen misterio con un toque paranormal.
La premisa es un resumen conciso de tu historia. No te pongas filosófico, ve al grano. Una buena premisa incluye:
Ejemplo:
Emma, una joven que trabaja como restauradora de arte, descubre que puede escuchar las voces de las sombras. Mientras intenta comprender su poder, las sombras comienzan a revelar secretos que podrían poner su vida en peligro. Ahora debe decidir si utiliza este don para desentrañar un asesinato o si huye antes de que las sombras la consuman.
Todo relato largo debe tener:
Ejemplo de estructura:
El narrador es tu filtro. Decide si será en primera persona (yo) para un relato más íntimo, o en tercera persona (él/ella) si quieres más libertad narrativa.
Ejemplo:
Optaremos por tercera persona limitada, enfocándonos en los pensamientos y emociones de Emma. Esto genera misterio porque el lector solo sabe lo que ella sabe.
Los relatos largos necesitan coherencia. Esboza una línea temporal que conecte los eventos principales. Sé ordenado, porque los saltos de lógica matan el interés del lector.
Ejemplo:
Ahora que tenemos una base sólida, es hora de diseñar personajes que carguen con el peso de tu relato. Un buen personaje no solo actúa, sino que reacciona, evoluciona y tiene una personalidad que destaca. Aquí te muestro cómo hacerlo paso a paso.
Tu protagonista es el alma de la historia. El lector debe identificarse con sus luchas, incluso si no está de acuerdo con sus decisiones. Trabajaremos en tres niveles: personalidad, motivaciones y conflictos.
a) Define su personalidad
Elige tres cualidades positivas y dos defectos que la hagan humana. Olvídate de crear personajes perfectos, nadie conecta con robots idealizados.
Ejemplo: Emma
b) Dale un propósito claro
El propósito de Emma es descubrir qué son las sombras y si su poder puede ayudar a alguien. Esto la lleva a enfrentarse a situaciones que desafían sus miedos. Recuerda, su propósito puede evolucionar durante la trama.
c) Añade un conflicto interno
El conflicto interno es lo que da profundidad al personaje. Emma duda entre confiar en las sombras o ignorarlas. Su mayor miedo es que este poder no sea una bendición, sino una maldición que la lleve a la locura.
Un buen antagonista no es solo «el malo de la película». Dale sus propias motivaciones y una razón sólida para oponerse al protagonista. Si puedes resumir su personalidad en «es malo porque sí», tienes un problema.
Ejemplo: El Antagonista – Elias
Elias es el galerista que contrató a Emma para restaurar la pintura maldita. Descubrimos que usa las sombras para manipular eventos y encubrir crímenes. Su objetivo es eliminar a Emma cuando se da cuenta de que ella puede escuchar a las sombras mejor que él.
Los personajes secundarios deben servir para apoyar o desafiar al protagonista. Dales funciones claras y evita que sean simples decorados.
Ejemplo de personajes secundarios:
Los personajes deben cambiar a lo largo de la historia. Un arco bien construido tiene tres etapas:
Ejemplo del arco de Emma:
Las relaciones entre los personajes generan drama y conexión emocional. Usa estas relaciones para profundizar el conflicto o impulsar la trama.
Ejemplo de relaciones:
Incluso si no muestras todo en el relato, cada personaje necesita un trasfondo que explique sus acciones y comportamientos.
Ejemplo:
Crea fichas o diagramas para cada personaje. Incluye detalles como:
Tip: Usa herramientas Scrivener para llevar un registro organizado de tus personajes.
Dividiremos la historia en tres actos clásicos: Inicio, Nudo y Desenlace. Esto te ayudará a mantener el ritmo y a dar giros interesantes.
Acto 1: El Gancho
Este es el primer 25% de tu historia. El objetivo es atrapar al lector, presentar a los personajes y plantar las semillas del conflicto.
Eventos Clave del Acto 1:
Acto 2: El Nudo
Este ocupa el 50% central de la historia. Aquí el conflicto crece, los personajes toman decisiones difíciles y las subtramas se entrelazan.
Eventos Clave del Acto 2:
Acto 3: El Desenlace
El último 25% resuelve el conflicto principal. Este es el momento de mayor tensión (clímax), seguido de un cierre satisfactorio o impactante.
Eventos Clave del Acto 3:
Un buen relato largo necesita giros inesperados que mantengan al lector pegado. Aquí hay tres tipos que puedes usar:
Las escenas clave son momentos importantes que anclan tu historia. Cada una debe tener un propósito claro: avanzar la trama, desarrollar personajes o intensificar el conflicto.
Ejemplo de escenas claves:
Las subtramas enriquecen el relato y permiten explorar temas secundarios. Aquí algunas ideas:
Un relato largo necesita equilibrio. Alterna entre escenas rápidas y tensas con momentos más lentos de introspección o interacción entre personajes.
Ejemplo de ritmo:
La atmósfera no es solo el «lugar» donde sucede la historia, sino cómo se siente estar ahí. Esto es lo que convierte una escena en algo que el lector puede vivir en lugar de solo imaginar.
a) Define la atmósfera general de tu historia
Piensa en la sensación predominante que quieres transmitir. ¿Será oscura, inquietante, melancólica, misteriosa? La atmósfera debe reflejar el estado emocional de tu protagonista y reforzar el tono del relato.
Ejemplo:
La atmósfera es opresiva e inquietante, como si algo estuviera al acecho en cada esquina. Esto refuerza el conflicto interno de Emma y la constante amenaza de las sombras.
b) Usa los cinco sentidos
Para sumergir al lector, describe cómo se siente el entorno en términos de:
Ejemplo:
«Las sombras se alargaban sobre las paredes del museo, deslizándose como si fueran líquidas. El aire estaba cargado de un olor rancio, como si alguien hubiera sellado ese espacio hace siglos. Emma sintió un escalofrío recorrer su espalda cuando un susurro rozó su oído derecho: ‘Corre.’»
c) Ajusta la atmósfera a cada escena
No toda la historia debe ser intensa o aterradora. Usa la atmósfera para marcar los cambios de tono y ritmo.
d) Crea contraste con el entorno
El contraste genera impacto. Por ejemplo, una escena aterradora en un lugar aparentemente seguro (como un café lleno de gente) es más impactante que un cementerio que ya se siente naturalmente espeluznante.
Ejemplo:
«Emma cerró la puerta de su pequeño apartamento, pensando que allí las sombras no la seguirían. Pero cuando encendió la lámpara de su mesita de noche, el brillo apenas logró disipar la oscuridad que parecía agolparse en los rincones. ‘¿Creíste que podías escapar?’ susurraron.»
Los diálogos son una herramienta para revelar el carácter de tus personajes y mover la trama. Pero, ¡cuidado! Un diálogo forzado puede arruinar incluso la mejor escena. Aquí te doy las claves para que funcionen.
a) Haz que los personajes hablen como personas reales
Esto no significa copiar el lenguaje cotidiano con todas sus muletillas, pero sí evitar discursos artificiales.
Mal ejemplo:
—Hola, Emma.
—Hola, Lucía. ¿Cómo estás?
—Bien, gracias. ¿Y tú?
—Pues… ya sabes, escuchando sombras.
Buen ejemplo:
—¡Emma! ¿Te ha vuelto a pasar?
—No quiero hablar de eso.
—Pero las sombras…
—¡Dije que no quiero hablar, Lucía!
b) Dale a cada personaje una voz única
Cada personaje debe hablar de manera diferente según su personalidad, educación o emociones.
Ejemplo:
c) Usa subtexto
El subtexto es lo que los personajes quieren decir pero no dicen directamente. Los mejores diálogos están cargados de emociones ocultas.
Ejemplo:
—¿Cómo estás tan segura de lo que viste?
—No lo estoy. Pero las sombras nunca se equivocan.
(Lo que Emma realmente está diciendo: «Tengo miedo, pero necesito confiar en esto porque no tengo otra opción.»)
d) Evita el infodumping
No uses diálogos para explicar toda la trama o dar datos innecesarios. Los personajes no hablan como enciclopedias.
Mal ejemplo:
—Emma, como sabes, las sombras son manifestaciones de energía residual que se acumulan en lugares oscuros.
—Ah, sí, y creo que por eso tienen esa conexión con el cuadro.
Buen ejemplo:
—¿Qué quieres de mí?
—Lo que queremos de todos. Una grieta para entrar.
e) Sé estratégico con los silencios
A veces, lo que no se dice tiene más impacto que lo que se dice. Usa pausas o acciones para transmitir emociones.
Ejemplo:
Emma tragó saliva. Miró a Lucía, pero no dijo nada. En su lugar, se centró en el cuadro, sus dedos temblorosos sobre la tela.
El tono es el «humor» general de tu historia. Para mantener la coherencia:
Ejemplo:
Frases sarcásticas: Para las conversaciones con Lucía y aligerar la trama.
El ritmo es el flujo de tu relato. Si es muy lento, aburrirás al lector. Si es muy rápido, confundirás o cansarás. Aquí tienes las claves para lograr el equilibrio perfecto:
Las escenas intensas son emocionantes, pero necesitan espacio para respirar. Los momentos más tranquilos permiten al lector procesar lo que ha ocurrido y conectarse emocionalmente con los personajes.
Ejemplo:
Usa capítulos cortos para momentos de acción o tensión y capítulos más largos para introspección o desarrollo de personajes. Esto crea una experiencia dinámica.
Tip: Los finales de capítulo deben dejar al lector con ganas de seguir leyendo. Usa cliffhangers o preguntas abiertas.
Ejemplo: “Emma sintió la sombra moverse detrás de ella. Antes de poder girarse, todo se apagó.”
Las frases cortas y directas crean urgencia y hacen que el lector avance rápidamente por la página.
Ejemplo:
“Emma corrió. Las luces parpadeaban. El susurro se transformó en un grito. Y luego, silencio.”
No pauses la acción para explicar demasiado. En lugar de contar, muestra.
Mal ejemplo:
«Las sombras eran el resultado de una energía antigua que se acumulaba en lugares con historias trágicas.»
Buen ejemplo:
«‘Son antiguas,’ susurró Elias. ‘Han visto más de lo que tú podrías imaginar. Pero no les importa. Solo quieren lo que les falta.’»
Las subtramas son secundarias, pero deben estar conectadas con la historia principal. Si no aportan nada al desarrollo del personaje o al avance del conflicto, elimínalas.
En “La chica que susurraba a las sombras”, el tema es la lucha entre aceptar la verdad o vivir en la negación. Todas las subtramas deben girar alrededor de este concepto.
Ejemplo de subtramas:
Las subtramas son una excelente oportunidad para darle protagonismo a los secundarios y hacerlos memorables.
Ejemplo:
No abrumes al lector introduciendo todas las subtramas al inicio. Dales tiempo para respirar.
Tip: Una buena subtrama debe integrarse de forma orgánica en la trama principal. Por ejemplo, el pasado de Elias podría revelarse cuando Emma encuentra un diario oculto en el cuadro que está restaurando.
Los clichés pueden arruinar la originalidad de tu relato. Aquí te muestro cómo identificarlos y darles un giro interesante.
a) Detecta los clichés comunes en tu género
Cada género tiene clichés que los lectores ven venir a kilómetros. Por ejemplo:
Cómo evitarlo:
b) Dale profundidad a los tropos inevitables
Algunos elementos son inevitables en ciertos géneros, pero puedes darles un giro único.
Ejemplo de un cliché típico:
“El villano quiere el poder absoluto.”
Giro: Elias no quiere el poder absoluto; quiere usar las sombras para redimirse por un crimen que cometió en el pasado.
c) No repitas frases o conceptos demasiado evidentes
Evita sobreexplicar tus temas o conflictos. Confía en que el lector entenderá lo que estás transmitiendo.
Mal ejemplo:
“Emma estaba aterrada. Sabía que tenía que huir porque las sombras eran peligrosas.”
Buen ejemplo:
“Emma dio un paso atrás. Su respiración se volvió entrecortada mientras las sombras se cerraban sobre ella.”
d) Usa personajes que desafíen estereotipos
Evita crear personajes planos basados en estereotipos. Dale a cada uno una motivación y una historia única.
Ejemplo:
Finalmente, cuando creas que tu historia está lista, dale una segunda (y tercera) revisión. Este es el momento de:
La edición no es solo corregir errores, es transformar tu borrador en una obra sólida. Hay tres niveles de edición que debes seguir en orden.
a) Edición estructural: Ve el bosque antes que los árboles
Este nivel se enfoca en los aspectos globales de tu historia: trama, personajes, ritmo y coherencia.
Preguntas clave:
Ejemplo:
Si al revisar “La chica que susurraba a las sombras” notas que el clímax no tiene suficiente tensión, podrías añadir un giro más: las sombras traicionan a Emma justo cuando parece que tiene el control.
b) Edición de estilo: Pulir el lenguaje
Aquí te enfocas en el lenguaje, la claridad y el tono.
Revisión de estilo:
Ejemplo:
“Las sombras parecían deslizarse por las paredes como si fueran algo tangible, algo vivo.” -> “Las sombras reptaban por las paredes, vivas y amenazantes.”
c) Edición técnica: Elimina errores
La última etapa es limpiar tu manuscrito de errores gramaticales, ortográficos y de formato. Usa herramientas como Grammarly o ProWritingAid, pero no dependas solo de ellas.
Puntos a revisar:
Los lectores beta son personas que leen tu historia antes de su publicación y te dan retroalimentación honesta.
a) ¿Dónde encontrarlos?
b) Da instrucciones claras
Pide retroalimentación específica para evitar comentarios genéricos.
Preguntas para tus lectores beta:
c) Cómo lidiar con la crítica
Recuerda que los lectores beta no siempre tendrán la razón. Usa sus comentarios para mejorar, pero no pierdas tu voz única como autor. Si tres lectores mencionan el mismo problema, probablemente deberías solucionarlo.
Aquí es donde eliges si publicar de forma tradicional o autopublicar. Cada opción tiene pros y contras, así que elige la que mejor se adapte a tus objetivos.
a) Publicación tradicional
En este caso, envías tu manuscrito a agentes o editoriales para que lo publiquen. Verifica que acepten este tipo de relatos y no solo novelas largas.
Pros:
Contras:
Cómo enviar tu manuscrito:
b) Autopublicación
Aquí tú controlas todo el proceso: edición, diseño y distribución.
Pros:
Contras:
Dónde autopublicar:
Publicar es solo el primer paso; ahora necesitas que los lectores encuentren tu libro.
a) Construye tu plataforma de autor
Empieza a crear una audiencia antes de publicar tu libro. Usa redes sociales, un blog o una newsletter para conectar con posibles lectores.
Estrategias básicas:
b) Ofrece tu libro a reseñadores
Contacta a bloggers, bookstagrammers o reseñadores de Goodreads que disfruten de tu género. Ofréceles una copia gratuita a cambio de una reseña honesta.
c) Lanza una promoción de lanzamiento
Crea entusiasmo ofreciendo descuentos por tiempo limitado, regalos digitales (como un capítulo extra) o incluso sorteos.
Después de publicar, celebra tu logro, pero no te detengas. Cada relato que escribas será mejor que el anterior. Aprende de las críticas, experimenta con nuevas ideas y recuerda que los grandes escritores empezaron con historias pequeñas.
Has llegado al final de esta guía, pero no al final de tu viaje como escritor. Ahora tienes las herramientas, las estrategias y el empujón necesario para construir historias que impacten, que incomoden y que dejen huella. Lo único que falta eres tú, sentado frente a tu teclado, transformando ideas en palabras y palabras en mundos que nadie más puede imaginar.
Escribir ficción no se trata de buscar la fórmula mágica, porque no existe. Es un acto de valentía: convertir lo intangible en algo real, algo que otros puedan sentir y recordar. Las dudas y los errores no son tus enemigos; son tus mejores maestros. Cada página que escribas, incluso las que termines odiando, es una señal de que estás avanzando, de que te atreves a enfrentarte al desafío.
Piensa en esto: cada libro que amaste, cada historia que te hizo llorar o reír, comenzó con un escritor que probablemente no sabía si lo lograría. La diferencia está en que lo intentaron, una palabra tras otra, hasta construir algo más grande que ellos mismos.
Así que no te detengas. Permite que tus personajes te sorprendan, que tus tramas se retuerzan en direcciones inesperadas, que tu voz como escritor evolucione con cada página. Porque, aunque nadie pueda garantizarte el éxito, sí puedo asegurarte que hay algo extraordinario esperando al final del esfuerzo: la sensación de haber creado algo único, algo tuyo.
Ahora, deja de leer y empieza a escribir. Porque en las historias, al igual que en la vida, el verdadero poder está en seguir adelante.