Estrategias para Superar el Síndrome de Abstinencia del Escritor

En mi viaje como escritora, me he encontrado enfrentando desafíos que van más allá de simplemente encontrar las palabras adecuadas. Uno de los obstáculos más difíciles que he experimentado es el síndrome de abstinencia del escritor, no hay otro nombre de cómo llamarlo y ya te voy a explicar el porqué.

En este artículo, compartiré contigo qué es lo que yo llamo, el síndrome de abstinencia del escritor, cómo reconocer sus síntomas, cuándo ocurre y, lo más importante, cómo he logrado superarlo con mis propias estrategias efectivas.

El síndrome de abstinencia del escritor es una experiencia desafiante que se manifiesta como un bloqueo creativo significativo. Te encuentras con una profunda incapacidad para generar nuevas ideas o para expresar las que ya tienes en mente. Te enfrentas a una página en blanco con ansiedad y frustración, sintiendo que tu musa te ha abandonado o que te estás autosaboteando… O simplemente que quieres escribir, pero la vida misma no te lo permite. Porque no tienes tiempo, no sacas el tiempo… y llegas al punto donde si haces silencio te salen subtítulos.

Reconociendo los Síntomas:

Los síntomas del síndrome de abstinencia del escritor pueden variar en intensidad y duración, pero comúnmente incluyen ansiedad, irritabilidad, falta de motivación y una sensación general de estancamiento creativo. Te encuentras atrapado en un bloqueo mental que te impide avanzar en tu trabajo, sea por cuestiones internas o externas, lo que genera un ciclo de negatividad y autoduda.

Recuerda que la abstinencia en sí es:

Entonces, ¿por qué ocurre? Porque como te dije, puede ser por situaciones internas y externas.

La presión por el éxito y las expectativas tanto internas como externas pueden contribuir al síndrome de abstinencia del escritor. Te sientes abrumado (a) por la necesidad de cumplir con ciertos estándares de calidad o por la expectativa de producir constantemente nuevos trabajos.

El miedo al juicio y la crítica pueden paralizarte, haciéndote sentir que no eres lo suficientemente bueno (a) o que tus ideas no valen la pena. El temor al rechazo puede llevarte a evitar el proceso creativo y, en última instancia, a un bloqueo creativo.

Si ya publicaste una historia y tuvo muy malas críticas, pero tú deseas seguir escribiendo. Empiezas nuevas historias y no las terminas, porque dentro de ti tienes miedo de que te vuelvan a rechazar. Y así te pasas la vida: las historias, los protagonistas, las escenas te golpean el pensamiento y deseas escribirlas, pero al final del día, no lo haces y te sientes mal por la situación.

El agotamiento físico, emocional y mental puede llevar a un bloqueo creativo severo. Puedes sentirte agotado (a) por las demandas del proceso de escritura, especialmente si estás trabajando en múltiples proyectos simultáneamente o si te enfrentas a plazos ajustados.

El agotamiento físico, también te puede impedir escribir. Estás cansado (a) y lo que deseas es dormir, una vez en cama, estás pesando en qué escribir y en lo mal que te sientes por no haber escrito ese día. Es como si tu cerebro te castigara. Quieres escribir, pero no es humanamente posible —o eso crees tú—.

También puede pasar que te das cuenta de que no ganas ni un peso después de tanto esfuerzo, entonces, dejas de escribir… Y luego estás frustrado(a) porque no puedes escribir. Seguidamente, decides que vas a escribir para ti, pero dentro de ti, quieres ser leído. Vuelves a publicar, y no vendes nada. ¿Entonces? Es un pez que se muerde la cola, porque quieres escribir, pero también necesitas pagar las cuentas. No escribir, para ti no es una opción.

Puedes experimentar abstinencia al intentar alejarte de tu género literario habitual. Al tratar de explorar nuevos géneros o estilos de escritura, puedes encontrarte enfrentando una resistencia interna que te impide avanzar.

Ejemplos: Cuando la editorial te dice que tienes que escribir; o cuando tienes que escribir el género que vende.

Cuando te encuentras escribiendo sobre temas o contenido que habías decidido evitar, es probable que estés experimentando abstinencia. A pesar de tus mejores intenciones, puedes sentir que has perdido el control sobre tu proceso creativo.

Dolores en la ciática, por pasar horas sentado (a). Dolor del túnel carpiano, que no mejora por escribir a mano o en el teclado. Dolores de cabeza por pasar horas frente al computador. Sensibilidad visual ante las pantallas que impide que escribas. Tus problemas físicos te impiden poder escribir como quisieras.

Sí, querer ser feliz con tu familia, es darle tiempo y espacio. Pero el vicio de escribir muchas veces te aísla, o peor aún…: Estás con ellos y tú lo que quieres es estar escribiendo. Y cuando estás escribiendo te sientes culpable porque no estás con ellos. Y el tener trabajo, se explica solo, sin trabajo no comemos. Al menos que vivas de escribir —de escribir lo que te gusta—.

Si ya estás en el punto en que te salen subtítulos porque no puedes escribir o escribes poco, te sugiero que hagas lo siguiente:

Usa las notas de tu celular y escribe allí todo lo que se te ocurra. Si no puedes escribir, díctalo. Hay una opción en el celular que se activa en el teclado para siempre poder dictar. Y no importa en qué App estés, podrás decir lo que quieras y el celular va a escribir lo que le digas.

Hazte tiempo para escribir, incluso si escribes diez minutos diarios. Eso ayudará a que tu mente se sienta mejor con la situación y que no te den esos ataques de ansiedad, rabia o frustración.

Si estás escribiendo en géneros que no te gustan o no te hacen feliz, entonces, una vez a la semana, escribe sobre lo que te gusta. Tu mente y cuerpo lo agradecerán.

Reconecta con tu pasión por escribir. Sé que debes pagar cuentas, pero tus ideas deben salir de tu mente. Si no lo haces, siempre habrá una parte de ti muy infeliz. Escribe, porque quieres, y puedes, que el dinero no sea un impedimento para colocar la palabra FIN en una historia.

Dedica un tiempo todos los días para escribir libremente, sin preocuparte por la calidad o coherencia. Esto puede ayudar a desbloquear tu creatividad y liberar ideas.

Realiza sesiones de lluvia de ideas sobre temas que te interesen o que desees explorar en tu escritura. Anota todas las ideas que vengan a tu mente, sin juzgarlas. ¡Solo, escribe, la idea es drenar!

Haz ejercicios. Siempre camina y haz meditación. Las pantallas colócala siempre modo lectura. Bájales el brillo. Reduce el tiempo de exposición de pantalla en redes y usa ese tiempo para escribir. Si no escribe a mano, y dicta en el celular. Es una maravilla esa modalidad.

Si ya tienes un problema de túnel carpiano, lo mejor es que vayas al médico, eso siempre duele y no mejorará con el tiempo, lo ideal es evitar que eso empeore.

No dejes de pasar tiempo con tu familia o seres que amas por escribir, no lo vale. Mejor, busca organizar tu tiempo levantándote más temprano o acostándote un poquito más tarde para tomarte treinta minutos diarios y que en ese tiempo puedas escribir. O coloca un horario donde ellos puedan respetar ese tiempo y te dejen ser creativo (a).

En conclusión, el síndrome de abstinencia es un desafío común que puede afectar a cualquier persona dedicada a la escritura. Sin embargo, no es insuperable. Al liberarnos de las barreras autoimpuestas, podemos poner fin a la insatisfacción y encontrar una nueva alegría en el proceso creativo.

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